No, desde luego no estoy yo como para ir a los carnavales de "Cai". Mi cara de ilusión creo que lo dice todo, ¿verdad? Nunca he sido un fanático de los disfraces y cuando me veo obligado a hacer el ridículo (que lo hago como el que más, ya lo véis en la foto que os expongo) salen estos empastres difíciles de calificar. Bueno, si estuviéramos en clase la calificación sería muy sencilla: suspendido.
El caso es que esta foto fue tomada en la noche de Halloween del 2005, una velada muy interesante en la que recuerdo que nos fuimos a cenar 6 personajillos disfrazados al restaurante de comida "no tan rápida" Foster´s Hollywood pensando que esa noche todo el mundo iba a estar disfrazado... y al final resultó que los únicos que se habían tomado "en serio" la fiesta habíamos sido nosotros 6 y los camareros que trabajaban en el local, con lo que cada vez que uno de nosotr@s se iba al servicio no faltaba el comensal que nos llamaba la atención para traerles una bebida, un postre o la cuenta... "¡¡que no trabajamos aquí, aunque lo pueda parecer, señora!!". En fin, cosas que pasan. Si el otro día vi a un amigo en su fotolog haciendo de oso en un museo, hoy seré yo quien asuste al mundo con esta foto que he dado en llamar "ignominia". Soy un desalmado.
2 comentarios:
Porque dices que eres tú, que sino, ni de coña me lo creo,jejjeje, vayas pintas,jaja. Por cierto, ya todo un profesional con las fotos!!, Gana mucho más así!!, jej. Besos.
Pues sí, pues sí... era yo, hija. Y no te creas que me fue fácil atreverme a salir de esa guisa por toda Valencia y alrededores. De hecho esa noche fuimos al concierto de Obscure, con lo que había bastante gente conocida entre los asistentes al acto... y disfrazado estaba el cantante del grupo, porque siempre se pinta así en plan "uyuyuy, nenitas, mirad lo malo maloso que soy", porque si no... es que ni medio disfraz en toda la sala, lo que hacía que la sensación de "estoy haciendo un ridículo espantoso" no hiciera sino aumentar por momentos. Pero ya lo he superado. De verdad. Fue un dura año de tratamiento, pero eso psicólogo argentino es mano de santo. (je)
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