viernes, 26 de enero de 2007

Losers in the game (Metal Church)



Menuda pandillita de futboleros, madre mia... Pues es el equipo que hasta la temporada pasada teníamos en la oficina... solamente el portero (todo un personaje, por cierto) y el "special guest" que está arrodillado frente a él... por cierto, menos mal que está de espaldas a él, que si no, jeje... bueno, yo me entiendo) no forman parte de la plantilla de la empresa para la que trabajo. Éramos casi tan malos como hace presagiar la instantánea... ni "New Team", ni Benji, ni Oliver ni nada de nada. Encadenábamos derrotas como la selección de las Islas Feroe en sus clasificaciones para el Mundial o la Eurocopa, pero echo de menos esos gritos, esas quejas, esos insultos del tipo "¡pero mamón, a ver si me la pasas!"... aquí en la oficina también se grita, pero no te desgañitas igual. Además, de vez en cuando también teníamos suerte o jugábamos lo suficientemente bien como para ganar (en ocasiones incluso goleando) a nuestros rivales. Sí, en contadas ocasiones, pero también sucedía y te ibas a casa con una cara de felicidad difícilmente descriptible. ¿Como el que triunfa en una discoteca y hace un hattrick enrollándose con tres en la misma noche? Pues algo así... Una pena que las múltiples lesiones, la edad y la poca profesionalidad de algunos (había un compañero que nunca aparecía en los partidos cuando había partido de fútbol, independientemente de los contendientes... que ya podía ser el Manlleu contra el Figueres B en la Copa Catalunya, que eso no importaba) en la TV... y como hay casi todos los días) no perdonen y hayan conseguido que nuestras hazañas balompédicas hayan pasado a la historia. Charlie, nuestro gran capitán (y no precisamente porque esté como un queso, je), decidió colgar las botas en octubre del 2006. Y ahora solamente nos quedarán los recuerdos. Y a algunos las cicatrices, je.

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