viernes, 26 de enero de 2007

Diluvia en el exterior de nuestros estudios

Y no me refiero a que esté cayendo lluvia en las tapas de mis libros de Derecho... Menudo día de perros que nos ha salido hoy en la ciudad de Valencia... acaban de comunicarme que han cerrado nada más y nada menos que la A-3 a la altura de Chiva (que estará a unos 30 km de aquí). Se podría decir eso de "A-3", "Tocado y hundido.", je. Y en el centro de la ciudad nos han comentado que ha granizado; lo que no sabemos es si ha sido de limón o de café. Por cierto, allá por mayo del 2006 estuve en Sevilla y es realmente alucinante la cantidad de sabores diferentes que tienen allí los granizados, ¿eh? Que si manzana, fresa, frambuesa, cereza, refresco de cola (jeje, qué mal suena eso...)... hay de todo, como en botica. Pero no es ese el tema, ¿verdad? No, ya os lo digo yo: no lo es. Lo que venía pensando esta mañana mientras conducía todo tenso (no me gusta nada la lluvia y es que el "aquaplaning" me ha jugado ya dos malas pasadas en forma de siniestros totales... no, el grupo no... mis coches...) era la pregunta que voy a proceder a exponer a continuación (y que me consta está más dirigida a un público de letras que no uno de ciencias):
¿Si vemos que hay una fiesta de verbos en la que todos ellos son de lo más obedientes, casi no beben alcohol, vemos a "Cantar" de lo más espléndido regalando notas, "Bailar" haciendo honor a su nombre animando el cotarro, "Comer" y "Beber" conversando animadamente... vamos, que todos son unos invitados modelo... pero en una esquina vemos a "Poder", "Deber" y "Tener que..." insultando a los demás, escupiendo en un jarrón, meándose en las cortinas del anfitrión... vamos, siendo unos maleducados en toda regla... ¿podríamos deducir por ello que se trata de "Malos modales"?
Por otro lado... ¿qué pasaría si yo invito a alguien a mi casa y no se comporta como debiera? ¿Le puedo llamar "amorfo"? No sé, al menos sería un claro caso en el que "se pierden las formas", ¿o no? El lenguaje tiene muchas lagunas... como los aparcamientos de las factorías de Renault en los años 90. Vaya que sí...

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