Como creo que ha debido quedar ya suficientemente acreditado por las últimas entregas publicadas en el blog... he vuelto. ¡Y estoy vivo! Y me alegra decir que tenía una idea de lo más equivocada de lo que significaba pasar unos días en los Estados Unidos. En ningún momento tuve la sensación de vivir una "near death experience" y es que la seguridad es total... bueno, algún que otro avión se les ha estrellado en los edificios y tal, pero lo que es caminar a altas horas de la madrugada por barrios periféricos o coger el metro a las 5 de la madrugada son cosas que no entrañan el menos peligro. Vamos, que Móstoles es mucho más peligroso y es que el hecho de que haya tantas armas de fuego repartidas por USA no implica que dos terceras partes de los americanos sean psicópatas, asesinos en serie o simplemente se dediquen a atracar a los pobres turistas para no aburrirse. Todas esas tonterías se me han ido de un plumazo... es más, hemos tenido ocasión de charlar con un montón de personas, a cual más simpática, durante esta intensa semana norteamericana y me he llevado una impresión muy grata de la gente y del lugar, tanto de la zona urbana como de sus alrededores, llenos de bosques, lagos y arroyos... (no de nombre Ester, por desgracia, pero vamos, que también eran bonitos de ver).
¡Viva la guerra de Irak! Que noooo, que es coña... joder, ni tanto ni tan calvo, pero hay que reconocer que la ciudad de Nueva York es una auténtica maravilla, de día y de noche. La gente parece estar desvelada (vamos, que no tienen cirios en casa) o no trabajar nunca, porque no importa la hora... siempre hay gente pululando por las calles, el metro o los locales de copas. Abren todos los santos días hasta las 4 de la madrugada... y cuando cierran unos, ya están abiertos los siguientes para seguir la juerga. Toda clase de gente, de música, de ambientes, de restaurantes... simplemente increíble. Uno de los mejores viajes de toda mi vida... y pienso volver. ¿Alguien se apunta a nuestra próxima excursíón? ¿En 2008 tal vez? Tampoco sale tan caro a fin de cuentas.
