Una de las ciudades que más me han impactado ha sido la francesa villa de Carcassonne. Situada en la zona dominada antaño por los cátaros, en el prepirineo, esta ciudad de poco más de 43000 habitantes conserva un patrimonio cultural sencillamente impresionante, ya que el núcleo antiguo de la ciudad (con doble amurallamiento completo, castillo y catedral incluídos) está intacto y se ha mantenido alejado de la nueva urbanización de la ciudad. Podríamos compararlo con la ciudad de Toledo en este aspecto o, en menor medida, a Ávila, pues en esta ciudad hay una mayor mezcla de estilos en su casco antiguo dadas las injerencias urbanísticas en el recinto amurallado. En este caso estamos ante un ejemplo claro de ciudad medieval fortificada que ha sabido mantener esta joya arquitectónica de una forma realmente envidiable. Es un bien protegido por la UNESCO, evidentemente, y a todo aquel que aún no haya tenido la oportunidad de acercarse por allí le recomiendo que lo haga, pues bien merece una visita. También hay un pequeño museos de torturas medievales o una especie de "pasaje del terror" para quienes gusten de esta clase de atracciones. (July 2006)
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