viernes, 30 de marzo de 2007

Fe de erratas

Mis disculpas desde aquí a mis "fieles lectores", pues he podido leer una "echada en cara" (joder, ¿cómo se diría eso con un sustantivo? Y no me digáis "reproche", porque eso viene de "reprochar" o "queja" (que viene de "quejar"). A ver, chulit@s, el sustantivo de "echar en cara" es... (five points)). No pretendía ofender a nadie con mi comentario en la anterior aportación en esta sección con aquello que decía de sentirme un poco paranoico al estar escribiendo para "nadie". Desde luego, sé que sois "alguienes" y además muy importantes. Poc@s, vale, pero valientes por aguantar el degoteo de tonterías y rayadas mentales que inserto casi a diario en este diario (valga la rebuznancia) de la locura en el que doy rienda suelta al lado más oculto de mi psique... bueno, "oculto, oculto... por el culo te la estrujo", porque vamos, que tampoco creo yo que en vivo y en directo sea yo tan diferente de lo que soy por escrito. Total, que os agradezco que estéis ahí y me hagáis esa grata compañía.
Y como no podía ser de otra manera, esta sección hay que acabarla con una pregunta retórica para hacer que las neuronas sanas que pululan por nuestros cerebros se activen un poquito. A ver, atento todo el mundo: si yo fuera (que no lo soy) el dueño de una cadena de clínicas de rehabilitación, un spa, dos balnearios de aguas termales especialmente recomendadas para reumáticos... ¿podría decir que tengo "propiedades curativas"? No es que me las quiera dar de curandero, pero...

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