Esta vez nos vamos a ocupar (hablo en plural... pero soy uno solo... pero es como la santísima trinidad, ¿sabéis? Yo, mi mente y mi locura... más o menos, como el Jim Carrey en "Yo, yo mismo e Irene", aunque él no era ni santísimo ni trino (ni de limón ni de naranja), sino, como mucho, "bino", pues Irene era una tia diferente, la del diario de Bridget Jones (si mal no recuerdo) y no él... bueno, ya me entendéis) de una frase que se emplea cuando una cosa que estaba oculta sale a la luz y alguien exclama "YA SE HA DESCUBIERTO EL PASTEL".
Muchos sospecharán enseguida (y no se les puede culpar por ello, je) que esto tiene que ver con una fiesta de cumpleaños sorpresa y que se "destripa" en el momento en el que el agasajado ve con sus propios ojos una tarta con las velitas y tal... pero no. Realmente este dicho proviene de la Edad Media y nos encontramos más concretamente en el mundo del arte. Resulta que había una empresa que comercializaba con pinturas al óleo, amén de vender brochas, pinceles, retablos, caballetes y demás utensilios empleados por los pintores de la época. Era un auténtico monopolio, pues en aquella época solamente se conocían las técnicas al óleo, el carboncillo y la acuarela, patentes todas ellas de este negocio familiar que, para más datos, se encontraba en Florencia, auténtica cuna del arte en aquellos tiempos. Pues bien, todo el mundo tenía que pasar por el aro y comprar sus productos allí, con lo que los precios eran abusivos. Pero entonces, un buen día, se cambiaron las tornas, porque un pintor, cansado de sufrir este abuso a diario, elaboró una nueva modalidad de pintura que llamó "pastel", con lo que ese monopolio se vino abajo, los dibujantes y pintores fueron libres de comprar el nuevo invento en todas las tiendas especializadas del país y los cuadros empezaron a crearse con esta nueva técnica pictórica a partir de este invento... así, la frase "ya se descubrió el pastel" fue cobrando fuerza y así hasta nuestros días.
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