Incongruencias...

Esta mañana me he levantado filosófico. Sí, es algo que me sucede a menudo, sobre todo cuando me levanto por el lado izquierdo de la cama, cosa que últimamente sucede todos los días, pues al lado derecho duerme mi novia y me parece poco elegante pasarle por encima atropellándola para ir hacia el cuarto de baño. Vamos, que porque no soy ni griego ni gay, que si no creo que podría incluso crear una corriente de pensamiento tan profunda y novedosa que me harían estatuas, estudiarían en los institutos a partir del año 2075 y tendría a mis seguidores... en plan secta casi, vamos. Pero no, soy más bien el pensador de cuarto de baño, que eso lo somos muchos.

Lo que me ha hecho reflexionar esta mañana era el hecho de que muchos amantes de la buena cocina y los buenos modales consideran que rebañar el plato es una clara muestra de falta de educación en la mesa... y no logro comprenderlo. Yo también soy de los que rebañan el plato y es que odio que se queden pegados a él restos de lasaña, salsas o cualquier otra mancha de comida, de modo que lo meto en el fregadero, lo lavo, le doy al Fairy (más de una gota y más de dos, no nos dejemos engañar por el anuncio... eso de que el aceite se larga de la sartén nada más escucha el nombre de Fairy es un cuento chino... aunque siendo chino debiera llamarse "Faily", pero bien, no es este el tema) y lo vuelvo a lavar para eliminar los últimos vestigios de suciedad. En definitiva, que como lo friego dos veces, lo "rebaño", ¿no? ¿Y me quieren decir estos señores adalides del buen comer que esto es una guarrada? La madre que los trajo... si es que los hay que hablan sin tener ni la más remota idea de lo que dicen... y no todos ellos son políticos. ¿A que sí? Pues eso. Ahí queda mi protesta. Yo seguiré rebañando mis platos por más que me digan. Ea.