miércoles, 17 de enero de 2007

Lesson three

Otra de las grandes desconocidas es la frase "A BUENAS HORAS MANGAS VERDES". Esta historia ya se le comenté hace años a un compañero mio de clase, el insigne Emanfuel del que ya he hablado en algún artículo anteriormente en este blog. El caso es que es una frase autóctona valenciana como pocas y paso a exponer en cuatro líneas el motivo por el cual todavía se emplea esta frase hecha.
Como todos sabéis, la Albufera es un lago natural de agua dulce que se encuentra situado a unos pocos km al sur de la ciudad de Valencia. Pues bien, ya desde la Edad Media se venía observando como el exceso de cultivos, la expansión de la propia ciudad o los vertidos hacia el lago iban debilitando su ecosistema y haciendo que menguaran las dimensiones de este humedal. Y ya por aquel entonces (nos situamos alrededor del año 1720) había un pseudo-hippy de orégenes más bien humildes, un precursor de lo que hoy en día sería un activista de Greenpeace, al cual este tema molestaba y preocupaba. Y mucho. Inició sus protestas con sentadas frente a la sede del ayuntamiento de Catarroja, hizo una huelga de hambre que duró casi 2 semanas en el año 1724, trató de acceder a las Cortes en varias ocasiones... pero todo ello sin tener el menor respaldo popular ni administrativo, por lo que se quedó todo en un vano intento por ser escuchado. Su principal característica era una larga barba, pelo canoso y bastante descuidado y un gabán (que no era "Dolce"... sino solamente "Gabán") de color verdoso que siempre cubría la totalidad de su cuerpo. Finalmente, cuando este buen hombre ya tenía casi 70 años, el entonces teniente de alcalde de la ciudad de Valencia se hizo eco de sus reivindicaciones y le concedió una audiencia en la sala de plenos, pero para entonces la suerte de la Albufera ya estaba echada y poco provecho se podría obtener de las ideas y proposiciones del anciano, con lo cual fue ahí donde se acuñó la frase de "a buenas horas, Mangas Verdes" (apodo que se le dio al señor por la vestimenta que siempre llevaba), dicho que aún perdura hoy en día. Y es que el mundo está lleno de incomprendidos. Os lo digo yo, que me incluyo en ese grupo.

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