jueves, 8 de febrero de 2007

Refranero mexicano...

Hoy no nos vamos a ir por los cerros de Úbeda y nos centraremos directamente en una frase que tiene su origen en las tierras de Teotihuacán... concretamente la frase hecha es "ME QUITAS UN PESO DE ENCIMA". Muchos son los que especularon en su momento con la posibilidad de que esto pudiera provenir de una discusión que tuvieron una madre y un hijo a la salida de un supermercado cuando ella iba toda cargada (de bolsas, no de alcohol, jeje... "echa que va toa cargá", jeje... no, no, en ese sentido no) y el niño le cogió la bolsa en la que llevaba el pan Bimbo y le dejó con las de latas de refrescos, garrafas de agua, sacos de patatas... Supuestamente, y según esta versión que al final se descartó por ser errónea e infundada, la madre, enfurecida con su vástago por el flaco favor que le estaba haciendo le recriminó su acción con la frase anteriormente descrita, es decir, "me quitas un peso de enzima" habida cuenta de que las "enzimas", como aceleradores de los procesos químicos en los seres vivos, tienen un peso ínfimo. Bien, ya hemos dicho que esto no es exactamente lo que sucedió, ya que ni fue a la salida de un supermercado ni los protagonistas eran madre e hijo.
Más bien se trató de una situación violenta en el corazón del desierto mexicano. Un forajido (de estos en plan chico vaca (cowboy, vamos), pistolilla en ristre, barba de 4 días en la que poder encender una cerilla (por cierto, esto hoy en día dicen que está de moda y es muy sexy... hum... se ve que los días en los que soy un guarrete y un vago y no me apetece lo más mínimo afeitarme tengo que tener un sex-appeal para fliparla) y sombrero vaquero) deambulaba por los polvorientos caminos del norte de México cuando se cruzó con un forastero y decidió desposeerle de sus pertenencias, de modo que se acercó a él, le apuntó con su arma y le pidió (con poca educación, ya te digo) que le diera todo lo que tenía. Lo clásico de "la bolsa o la vida", vamos. Pues el pobre atracado resultó ser un pobre lugareño que solamente tenía un peso (unidad monetaria mexicana) en sus bolsillos, con lo que se lamentó con la frase "me quitas un peso de encima" al malhechor, el cual, haciendo oidos sordos, le quitó la moneda al pobre hombre. Y es que hay mucha maldad en el mundo. Ya sabeís, cuidadito con la gente mal afeitada, que no todos son Miguel Bosé o Sergio Dalma...

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