jueves, 21 de diciembre de 2006

Lamentable confusión

- Esto me sucedió allá por el año 1996 o así. En aquella época mis amigos y yo éramos más valientes futbolísticamente hablando que hoy en día y nos atrevimos a participar en las 24 horas de fútbol sala del pueblo vecino (Alginet para más señas) para hacer allí el ridículo más espantoso dado el alto nivel de juego exhibido por la mayoría de los equipos. Vamos, prácticamente todos menos nosotros mismos, pues la idea era más que nada salir de fiesta, beber de todo menos Isostar y derivados... y, en definitiva, pasar un buen rato. Pues nada, en uno de los partidos que jugamos, a eso de las 2 de la madrugada, había un sector del público que no hacía más que gritar desde la grada "muy bien, melenudo" y "que nos salude el de la melena" y tal. Bien... como yo no andaba mal de longitud capilar y cada vez que yo escuchaba eso daba la casualidad de que había chutado a puerta, a pesar de sorprenderme de que gente que no me conocía de nada me gritara, hice de tripas corazón y saludé tímidamente al graderío... a lo que se me acercó un amigo y compañero de equipo y me dijo muy educadamente (aunque medio descojonado de la risa): "oye, tio, que le están diciendo al portero del otro equipo, que es colega suyo... ¡no a ti!". Y, efectivamente... se me había pasado que el portero del equipo rival también tenía una coleta nada despreciable. Vamos, que fue la típica situación de "tierra, trágame". Alguna más he tenido a lo largo de mi vida, pero esta es una de las que recuerdo con mayor claridad. Por cierto, perdimos el partido. Para más INRI...

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