miércoles, 20 de diciembre de 2006

Hey, what´s that? Is it a pig or what...?

Ya estamos aquí otra vez... y hablo en plural porque , como buen hombre que soy, pienso con el cerebrito que tengo encerrado en el cráneo y con otra parte situada bastante más al sur de la cabeza y que también se ha dado en llamar "tronquito" cuando en clase dábamos aquello tan célebre de que el cuerpo estaba compuesto por "cabeza, tronco, tronquito y extremidades", con lo que bien mirado somos dos seres en uno. Menos mal que por el momento se llevan bien entre ellos y no le ha pegado al vecino de arriba por jugar a Lorena Bobbitt con el de abajo ni nada, porque de lo contrario mi vozarrón a lo Constantino Romero (no se parece ni en la forma de cagar, pero aquí el texto lo escribo yo y pongo lo que me da la gana, ¿no?) pasaría a mejor vida y sería lo más parecido a la Duquesa de Alba después de dos copas de vodka e inspirar helio. Bien. Hagamos como el alcalde de Madrid y "zanjemos" este asunto, que cuando me "desvío" doy más vueltas que una peonza y no me centro.
Al tema que nos ocupa hoy día 20 de diciembre. Hoy no he dado crédito a mis ojos (más que nada porque no tienen ningún avalista ni nada y siendo así no hay que fiarse lo más mínimo) cuando he visto el slogan que habían empleado las autoridades competentes (se llaman así, pero para mí que más de uno y más de dos destacan precisamente por todo lo contrario y es que hay cada incompetente en la Administración que no es normal; igual opositando al puesto se les secó el cerebro y de ahí que tengan esas ideas de bombero... que, por cierto, pobres bomberos, ¿no? ¿Qué hicieron para que hoy en día se diga esa frase que les deja a la altura del betún? ¿O es que se refiere la perífrasis al afamado "Bombero torero" que ameniza tantas fiestas populares con sus jocosas caídas frente a las vaquillas en la improvisada plaza de toros de palos torcidos y tornillos oxidados?) para la campaña de la DGT de estas Navidades. Había un gigantesco panel (bueno, tampoco tanto) encima de la autovía en el que se podía leer en letras amarillentas la frase "al volante ni una gota de alcohol". ¿Qué? ¿Qué quieren decirnos con esto? ¿Que tengamos cuidado y no derramemos el cubata cuando bebamos mientras conducimos? Por favor... un poco de seriedad a la hora de promover esta clase de campañas de concienciación, que cada uno las puede interpretar a su modo y no es conveniente que así sea. Lo dicho, que he pensado para mis adentros (más que nada porque hacerlo hacia mis afueras hubiera sido hablar en alto y como que estando solo en el coche hubiera sido una solemne tontería) aquello de "mehercule... quid est? Est-ne porcus aut quod?". Sí, en latín, para que aquel libro con el que nos hacían estudiar esta lengua en el cole llamado "Ostia" (supongo que por el puerto de la ciudad de Roma, pero la verdad es que lo he visto y no le hace justicia a su nombre, jeje) tuviera algún sentido en mi vida... Y ahora me "autodejo" por el momento para hacer un análisis a lo doctor House del blog que tengo entre manos, porque hay que hacer una vivisección para que esto dé mucho más de sí. Hale... a cascarla. See you soon.

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