¿A que parece una imagen aérea? ¿Y sabéis por qué? Porque lo es. No hay ningún edificio en el mundo entero (ni tan siquiera la "Finca del Puro" de Benifaió, que ya es decir...) que llegue a esta altura. Y tampoco es que me haya acoplado una postal neoyorquina para publicarla en mi blog como foto propia. No tengo tanto morro. Lo que sucede es que decidimos hacer una excursión en helicóptero con la compañía "Liberty" para sobrevolar la ciudad en una intensa aventura de 12 minutos sobre los cilos neoyorquinos. Tiempo soleado, calor, un ruido de la leche en el autogiro (jeje... no, va, era un helicóptero bien chulo, la verdad) y una sensación muy agradable incluso para alguien al que, como a mí, no le apasiona precisamente el mundo de la aviación. Y solamente tres cuartos de hora de espera para subir al trasto este... aunque había 4 chicas alemanas que montaron la de Dios por estar más de dos horas esperando a que les tocara el turno, jeje... se organizó un revuelo tremendo... normal, si tenemos en cuenta que esta gente organizaba vuelos y revuelos por encima de la ciudad, jeje. Ups, qué chiste más malo. Hale, pues eso, que me moló la experiencia a bordo de un bicho volador de esta índole. Para repetir. (May 2007)
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