miércoles, 4 de abril de 2007

Esperemos que los leperos hayan plantado suficientes cebollas

Por lo del chiste ese que decía que eran buenas para la "circulación", digo. Semana Santa. Madre mia. La de vehículos que van a colapsar las carreteras de media España durante estos días, ¿eh? Espero que no os pille por banda y, si es así, "que os pille confesados". ¿Qué mejor que en Semana Santa? Primeras hordas de madrileños que acuden a las costas valencianas, murcianas y andaluzas en busca de un metro cuadrado para plantar su toallita, problemas de aparcamiento, bares que duplican el precio de sus menús... una delicia lo mires por donde lo mires, vamos. ¿Acaso la playa era "La Pasión de Cristo"? No sé, lo digo porque parece que es la forma más habitual de celebrar esta festividad hoy día. Bueno, sigue habiendo gente que parece del Ku-Klux-Klan y que asusta a la gente con esas procesiones en penumbra y con el atronador sonido de los tambores (recuerdo que un año me engancharon en el casco antiguo de Cáceres con un hambre atroz, estaba a apenas 200 m del restaurante al que quería ir, y me tuve que esperar a que pasaran los mil nazarenos, Jesús, la virgen María, los músicos, las señoras con peineta, los tipos de las antorchas, señoras con cirios... vamos, que parecía el metro de Tokyo en hora punta... pero con una parsimonia que "pa qué". Joder, vale que la ciudad de Cáceres no es muy amplia y te la recorres en 10 minutos a poco que vayas a paso ligerito, pero coñe, metedle un poco de caña o haced un milagrito convirtiendo algo en panes y paces, coñe, que desfallezco...), pero se va dejando paso a una nueva generación de "playeros sin fronteras" que solamente quieren juerga por doquier y volver al trabajo el lunes (martes para los más suertudos) con quemaduras de tercer grado en la piel y aspecto de cangrejitos (y eso sin ser turistas nórdicos, que son los más propensos a esta clase de insolación) para poder demostrar que han estado bien hacinaditos en la playa de Benidorm. Bien, pues tanto a unos como a otros os deseo unas felices fiestas. No seguiré reflexionando sobre el tema, que ya lo hice el otro día. Pero recordad que hay que ponerse protector... Puturrú de Fuá insistía más en la necesidad de llevarte una toalla a la playa, pero es que en aquella época la capa de ozono aún estaba casi intacta y nadie sabía lo nocivos que eran los rayos ultravioletas. Los ochenta... qué tiempos aquellos.
Y, para acabar, una pregunta al graderío... supongamos que Míster Madrid está de vacaciones en París... en ese caso creo que sería justo reconocer que es cierto que "el Macizo Central está en Francia", pero... ¿qué pasaría si estuviera, por ejemplo, en Lituania? ¿Estaríamos faltando a la verdad diciendo tal cosa? Curioso, ¿eh?

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