Selbsteinsicht...

Desde que tengo uso de razón mi padre siempre me ha echado en cara que uno de mis mayores defectos es mi falta de constancia... es decir, que siempre empiezo muchas cosas y nunca las termino. Es curioso, porque mis ex-novias opinaban todo lo contrario y se quejaban de que acababa demasiado rápido... pero mira, son diferentes criterios y puntos de vista, jeje. El caso es que quiero demostrarme a mí mismo que lo que me ha sucedido en el pasado al respecto se puede cambiar y que sí que soy capaz de, cuando me lo propongo realmente, seguir una línea y llevar a cabo de principio a fin una idea.

Sé que hasta el momento no he sido capaz de hacerlo y le tengo que dar la razón a mi progenitor... mas que me pese tener que hacerlo... y es que ejemplos de ello hay a decenas... desde el cursillo de francés que hice un verano con la intención de aprender el idioma de Moliére (¿cuál será el equivalente a la frase "el idioma de Cervantes" más allá de los Pirineos? Porque en el Reino Unido también se dice "la lengua de Shakespeare" (y es que la de Gene Simmons, cantante de Kiss, creo que es más famosa...), pero... ¿en Francia? ¿La lengua de "Zinedine Zidane"? No, ese destacó más por sus cabezazos en pectorales ajenos, je... ¿La lengua de "Chirac"? Muy partidista y poco ecológico con eso de sus pruebas nucleares destruyendo atolones en el Pacífico... pues la verdad es que no lo sé... sería cuestión de preguntar a algún lugareño para ver si existe una equivalencia.), mis varias intentonas por seguir un régimen para quedarme en 58 kg... ni de coña, vamos... estoy en 70 y gracias..., mis sesiones de gimnasio, que sí, que empiezo con unas ganas tremendas, pero que a las dos semanas me digo "buf, hoy es que prefiero dormir una siesta" y a partir de ahí van decayendo... mis clases de batería,... joder, qué desastre que soy, madre mia. Mea culpa. ¡Por eso digo que con esto del blog seré constante! No podré acercarme todos los días a mi página, mi mente tampoco será capaz de elaborar textos a diario... pero vendré todo lo que pueda para agregar comentarios, nuevas entradas o fotografías para el visionado de l@s poc@s elegid@s que entran a ver mi ciberespacio. Y, por cierto, desde aquí quiero animar a tres personas a que sigan con su labor en sus respectivos blogs... que los tenéis muy silenciados de un tiempo a esta parte y no puede ser: Cora, Mariajo y Javi... a ver si nos espabilamos un poco y compartimos con el mundo vuestras visiones sobre el mundo, fotografías varias y comentarios de todo tipo, que ya sabéis que en mí tenéis un fiel lector ávido de leer novedades, ¿ok? Y como yo seguro que mucha más gente que añorará leer nuevas entregas en vuestras respectivas páginas. Venga, un saludo a l@s 3, que os quiero mucho, je.

Bueno, para que no todo sea catastrofista... vamos con mi pregunta estúpida de hoy día 24 de mayo. Todos los días se me ocurre alguna. Joder, que podría trabajar de colaborador en "No somos nadie" en M-80 Radio, jeje... Vamos con la actual. Cuando una persona "defrauda" a otra es porque hace algo que el otro no se esperaba y que, de algún modo, le decepciona, ¿verdad? Entonces... si yo "defraudo a Hacienda"... ¿qué pasa? ¿Que a la hora de hacer mi declaración del IRPF los de Hacienda se llevan un chasco porque pensaban que era más ricachón y les iba a soltar una pasta o qué? Nada, nada... ya veréis como de aquí una década el porcentaje de retención en mi nómina será muy superior al que pueda efectuar mi vejiga urinaria. Lo que me faltaba era soltarle una pasta al Estado chupóptero para que se lo gaste en obras faraónicas, campos de golf privados, circuitos de Fórmula 1 o simplemente en los sueldazos de algunos políticos. Me niego, vamos. Que se sigan llevando decepciones conmigo, jeje.