Último día de estancia en mi hogar, dulce hogar. Mañana a estas horas ya estaré otra vez a más de 400 km de distancia comiendo en algún bar de carretera (de los de mujeres de vida alegre no, ¿eh? Que me refiero a otra clase de "comida", ¿vale?) en mi recorrido hasta la capital vizcaína, donde tengo previsto ver a los suecos Cult Of Luna, como ya dije el otro día. La verdad es que son una banda que nunca me ha dicho gran cosa, pero todo el mundo habla maravillas de ellos, de modo que tendré que aprovechar su visita a la península para ir a verles en directo. Pobre cochecito, el tute que le estoy metiendo en estas semanitas. Yo creo que cada vez que me ve acercándome a él ya se pone a temblar pensando "¿y ahora a qué recóndito rincón quieres que te lleve, tio pesado?", porque los vuestros no sé, pero mi coche piensa. No es KITT, con lo que no habla, pero él y yo nos entendemos con solamente mirarnos, je. Pues eso, que hasta el lunes no volveré a dar señales de vida en esta mi ventana al mundo exterior, pero seguro que tendré cosas que explicar cuando retorne de esta penúltima escapada del mes de abril. Será intenso.
Y otra cosilla, que no quiero que se me quede en el tintero... supongamos que el actor norteamericano Tom Cruise va a un restaurante de lujo y, tras ingerir las deliciosas viandas que le son ofrecidas, responde a la pregunta del cocinero "¿Qué le ha parecido la cena que le hemos servido?" con un "ha sido placentero"... ¿el cocinero ha de tomárselo como algo grosero? Recordemos que, siempre según las malas lenguas, Tom y su esposa devoraron ávidamente la placenta y el cordón umbilical tras el nacimiento de su vástago... si es que hay que tener mucho cuidado con la elección de ciertas palabras. Qué tipo más rarito, ¿no?
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