miércoles, 8 de junio de 2011

Fall whatever falls (Darkseed)



Recientemente he conseguido pisar uno de esos países que siempre se me habían resistido... gracias a los vuelos directos que la compañía Icelandair ha fletado entre las ciudades de Alicante y Keflavík, al aeropuerto de la capital islandesa, Reykjavík. ¿Y qué puedo decir de Islandia? Pues que es una especie de mezcla entre Lanzarote (por el tema de la lava, los volcanes y los paisajes agrestes y con apariencia lunar) y Noruega, por la gran cantidad de agua que fluye por sus tierras, formando impresionantes cascadas y riachuelos que dejan sin habla a quien los contempla... Es un sitio caro (por mucha crisis que haya, me parece a mí que no tienen la intención de bajar los precios a los turistas... ni a los lugareños, porque hasta los supermercados tienen unos precios para escandalizarse), pero cada euro gastado en un sitio tan idílico (aunque fresquito y ventoso, jaja) merece la pena. Solamente fueron 5 días, con lo que se quedaron multitud de sitios por visitar, excursiones por hacer y cosas que probar, pero... nunca está de más dejarse algo para una hipotética "segunda visita", porque todo se andará... y el norte del país también quiero verlo, faltaría más. Por cierto, amén de los paisajes y las ya citadas cataratas que pueblan el país nórdico, la nube de ceniza volcánica del Grimsvötn es algo que tampoco olvidaré jamás... y las 13 horas de espera en el aeropuerto para poderme volver vía Inglaterra por haber cancelado mi vuelo tampoco, jaja. Supongo que a eso se le llama "daños colaterales", ¿no? En fin... hemos vuelto. Y bien contentos de la experiencia.

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