Que el cantante de Life Of Agony es un personaje peculiar creo que es algo que a pocos se les escapa, pero no se le puede negar que tenga (o quizás precisamente por ello lo tenga) un cierto carisma. Este frágil y diminuto cantante lleno de tatuajes y con una pinta de punky tirado de los años ochenta no es una superestrella, no tiene la mejor voz del mundo, sus temas no tienen el gancho que pudieran tener los de otras bandas de Nueva York como Type O Negative, Biohazard, Anthrax o los mismísimos Manowar, pero sus seguidores son fieles y le siguen allá por donde aparece. Lástima que en Valencia al parecer escaseen, porque no éramos más de 60 personas en la sala y eso no deja de ser un poco triste, sobre todo teniendo en cuenta lo económico de la entrada y, aunque las comparaciones sean odiosas, hay que recordar que el concierto de Extremoduro a casi 30 euros colgó el cartel de "agotadas las localidades" en una sala infinitamente mayor a esta de Meliana. En fin, tenemos lo que nos merecemos... o puede que incluso más de lo que deberíamos tener. En fin, en esta ocasión hizo su aparición en escena en su versión más individualista, rodeado de 3 músicos como la copa de un pino y tocando temas que poco o nada tenían que ver con el hardcore que propaga con su banda... aquí el estilo era más bien un hard rock de los años setenta con fuertes influencias del blues de toda la vida. Temas más bien largos, con un setlist que repasaba todos sus trabajos en solitario y con multitud de temas para el lucimiento de sus músicos. Con la botella de vino rosado espumoso como fiel compañera a lo largo de toda la noche, Keith nos deleitó con un excelente recital de hora y media de duración y que, sin duda, agradó a los pocos presentes que decidieron acompañarle en su cita valenciana. Mención especial para la preciosa semibalada "New York City". Un onírico viaje para los sentidos... y qué bien sienta a veces asistir a un evento de este calibre.
- Fecha: 03/10/2008
- Lugar: Sala Durango (Meliana/València)
- Otras bandas: Ekthomb
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