Por fin he sido capaz de visitar la primera de las repúblicas bálticas que hace cosa de 17 años se escindieron de la antigua Unión Soviética tras el proceso conocido como "perestroika" y la verdad es que no me ha decepcionado en absoluto. Tallinn, la capital de Estonia, es uno de esos sitios mágicos y llenos de encanto que a cualquier amante de la arquitectura medieval tiene que maravillar. El estado de conservación es excelente, tanto de las murallas y las múltiples torres que circundan el casco antiguo como el de las viviendas que hay dentro del recinto. Puede que ya demasiado explotado por el turismo a día de hoy (pero sin llegar a ser ni de lejos como Praga en este sentido, por ejemplo), uno de los puntos negativos son los precios... más que nada si uno va allí con una idea equivocada de lo que se va a encontrar, como fue mi caso. Pensé que iba al tercer mundo, pero de eso nada... cochazos por doquier, precios similares a los que podemos encontrarnos en España y una oferta cultural que en nada tiene que envidiar a otras ciudades de similar tamaño en cualquier otro punto del continente europeo. A ver lo que tardan en tener el Euro... yo creo que en el 2010, como tarde, ya estarán en zona Euro. Veremos. (May 2008)
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